Para convertir tu buhardilla en un espacio acogedor y funcional durante el otoño e invierno, hay cuatro aspectos fundamentales a considerar: maximizar la luz natural y la ventilación, asegurar un excelente aislamiento, aprovechar el espacio con almacenamiento eficiente, y elegir un suelo resistente.

Aislamiento térmico efectivo

Aunque no se empieza a construir una casa por el tejado, es la parte por donde más calor se pierde en invierno y donde más se acumula en verano. El aislamiento exterior es ideal, pero si no es posible, se puede reducir ligeramente la altura de la buhardilla para instalar un aislamiento interno. Materiales como espuma de poliuretano o lana de roca entre las vigas son opciones efectivas. Rematar el aislamiento con una capa de yeso laminado asegura que la buhardilla conserve energía de manera eficiente, sin perder mucho espacio interior.

Armarios personalizados en áreas de baja altura

Los espacios más bajos de la buhardilla a menudo quedan subutilizados. Allí, donde no se puede caminar erguido, es el lugar perfecto para instalar armarios a medida que aprovechen cada centímetro disponible. También puedes optar por muebles bajos para maximizar el espacio de almacenamiento sin sacrificar comodidad.

Luz natural y buena ventilación

La distribución adecuada de las ventanas es clave en una buhardilla. Las ventanas en el techo son ideales para eliminar el aire caliente y proporcionan hasta un 25% más de luz. Además, la combinación de ventanas de techo con ventanas en las paredes inferiores crea un efecto de ventilación tipo chimenea, mejorando la circulación del aire. No olvides complementar la luz natural con iluminación artificial adecuada, como focos empotrados y lámparas de pie, para una atmósfera cálida y funcional.

Suelo laminado o de corcho

Si planeas usar la buhardilla con frecuencia, el suelo laminado es una opción económica y fácil de instalar, con una amplia variedad de acabados. Aunque no es tan resistente como la madera maciza, sigue siendo una opción duradera. Si prefieres una alternativa ecológica, los suelos de corcho son una excelente elección. No solo amortiguan el ruido, sino que también ofrecen una sensación cálida y cómoda al caminar descalzo.

Con estas mejoras, tu buhardilla se convertirá en un espacio confortable y práctico, listo para disfrutar durante las estaciones más frías del año.

Fuente: idealista

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